2 Timoteo 1

Saludo

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús, enviado por voluntad de Dios de acuerdo con la promesa de vida que se obtiene por medio de Cristo Jesús,

2 saluda al querido hijo Timoteo. Que Dios Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.

Acción de gracias

3 Al recordarte siempre en mis oraciones de día y de noche, doy gracias a Dios, a quien sirvo con una conciencia limpia, como sirvieron también mis antepasados.

4 Me acuerdo siempre de tus lágrimas, y quisiera verte para llenarme de alegría.

5 Porque me acuerdo de la fe sincera que tienes. Primero la tuvieron tu abuela Loida y tu madre Eunice, y estoy seguro de que también tú la tienes.

No avergonzarse del evangelio

6 Por eso te recomiendo que avives el fuego del don que Dios te dio cuando te impuse las manos.

7 Pues Dios no nos ha dado un espíritu de temor, sino un espíritu de poder, de amor y de buen juicio.

8 No te avergüences, pues, de dar testimonio a favor de nuestro Señor; ni tampoco te avergüences de mí, preso por causa suya. Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio.

9 Dios nos salvó y nos ha llamado a formar un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ése fue su propósito y por la bondad que ha tenido con nosotros desde la eternidad, por Cristo Jesús.

10 Esa bondad se ha mostrado gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte y que, por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal.

11 Dios me ha encargado de anunciar este mensaje, y me ha enviado como apóstol y maestro.

12 Precisamente por eso sufro todas estas cosas. Pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza; y estoy seguro de que él tiene poder para guardar hasta aquel día lo que me ha encomendado.

13 Sigue el modelo de la sana enseñanza que de mí has recibido, y vive en la fe y el amor que tenemos gracias a Cristo Jesús.

14 Con la ayuda del Espíritu Santo que vive en nosotros, cuida de la buena doctrina que se te ha encomendado.

15 Como ya sabes, todos los de la provincia de Asia me abandonaron; entre ellos, Figelo y Hermógenes.

16 Que el Señor tenga misericordia de la familia de Onesíforo, porque él muchas veces me trajo alivio y no se avergonzó de que yo estuviera preso.

17 Al contrario, apenas llegó a Roma se puso a buscarme sin descanso, hasta que me encontró.

18 Que el Señor le permita encontrar su misericordia en aquel día. Tú ya sabes muy bien cuánto nos ayudó en Éfeso.

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2 Timoteo 2

Sufrir con valentía

1 Y tú, hijo mío, saca fuerzas de la bondad que Dios te ha mostrado por medio de Cristo Jesús.

2 Lo que me has oído decir delante de muchos testigos, encárgaselo a hombres de confianza que sean capaces de enseñárselo a otros.

3 Toma tu parte en los sufrimientos como un buen soldado de Cristo Jesús.

4 Ningún soldado en servicio activo se enreda en los asuntos de la vida civil, porque tiene que agradar a su superior.

5 De la misma manera, el deportista no puede recibir el premio, si no lucha de acuerdo con las reglas.

6 El que trabaja en el campo tiene derecho a ser el primero en recibir su parte de la cosecha.

7 Piensa en esto que digo, porque el Señor te lo hará comprender todo.

8 Acuérdate de Jesucristo, que resucitó y que era descendiente del rey David, según el evangelio que yo anuncio.

9 Y por causa del evangelio soporto sufrimientos, incluso el estar encadenado como un criminal; pero la palabra de Dios no está encadenada.

10 Por eso lo soporto todo en bien de los que Dios ha escogido, para que también ellos alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.

11 Esto es muy cierto:

Si hemos muerto con él, también viviremos con él;

12 si sufrimos con valor, tendremos parte en su reino;

si le negamos, también él nos negará;

13 si no somos fieles, él sigue siendo fiel,

porque no puede negarse a sí mismo.

Cuál debe ser la actitud de Timoteo

14 Recuerda a los otros y recomiéndales delante de Dios que hay que evitar las discusiones. No sirven para nada. Lo que hacen es perjudicar a quienes las escuchan.

15 Haz todo lo posible por presentarte delante de Dios como un hombre de valor comprobado, como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, que enseña debidamente el mensaje de la verdad.

16 Evita palabrerías mundanas y vacías, porque los que hablan así, se hunden cada vez más en la maldad

17 y su enseñanza se extiende como un cáncer. Esto es lo que sucede con Himeneo y Fileto,

18 que se han desviado de la verdad diciendo que nuestra resurrección ya ha tenido lugar, y andan trastornando de esa manera la fe de algunos.

19 Pero Dios ha puesto una base que permanece firme, en la cual está escrito: «El Señor conoce a los que le pertenecen», y «Todos los que invocan el nombre del Señor han de apartarse de la maldad.»

20 En una casa grande, no solamente hay objetos de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos son para usos especiales y otros para uso común.

21 Si uno se mantiene limpio de esas faltas, será como un objeto precioso, consagrado y útil al Señor, apropiado para cualquier cosa buena.

22 Huye de las pasiones de la juventud, y busca la justicia, la fe, el amor y la paz, junto con todos los que con un corazón limpio invocan al Señor.

23 No hagas caso de discusiones que no tienen ton ni son; ya sabes que terminan en peleas.

24 Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia

25 y corregir con corazón humilde a los rebeldes, esperando que Dios haga que se vuelvan a él y conozcan la verdad,

26 a fin de que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene presos para hacer de ellos lo que quiera.

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2 Timoteo 3

Anuncio sobre los últimos días

1 También debes saber que en los tiempos últimos vendrán días difíciles.

2 Los hombres serán egoístas, amantes del dinero, orgullosos y vanidosos. Hablarán en contra de Dios, desobedecerán a sus padres, serán ingratos y no respetarán la religión.

3 No tendrán cariño ni compasión, serán chismosos, no podrán dominar sus pasiones, serán crueles y enemigos de todo lo bueno.

4 Serán traidores y atrevidos, estarán llenos de vanidad y buscarán sus propios placeres en vez de buscar a Dios.

5 Aparentarán ser muy religiosos, pero con sus hechos negarán el verdadero poder de la religión.

No tengas nada que ver con esa clase de gente.

6 Porque a ellos pertenecen esos que se meten en las casas y engañan a débiles mujeres cargadas de pecado que, arrastradas por toda clase de deseos,

7 están siempre aprendiendo pero jamás llegan a comprender la verdad.

8 Y así como Janes y Jambrés se opusieron a Moisés, también esa gente se opone a la verdad. Son hombres de mente pervertida, fracasados en la fe.

9 Pero no avanzarán mucho, porque todo el mundo se dará cuenta de que son unos tontos, igual que les pasó a aquellos dos que se opusieron a Moisés.

Recomendación a Timoteo

10 Pero tú has seguido bien mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi amor y mi fortaleza para soportar,

11 y has compartido mis persecuciones y mis sufrimientos, como los que tuve que soportar en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones sufrí! Pero el Señor me libró de todo ello.

12 Es cierto que todos los que quieren llevar una vida piadosa en unión con Cristo Jesús sufrirán persecución;

13 pero los malos y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.

14 Tú, sigue firme en todo aquello que aprendiste, de lo cual estás convencido. Ya sabes quiénes te lo enseñaron.

15 Recuerda que desde niño conoces las sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús.

16 Toda Escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud,

17 para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien.

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2 Timoteo 4

1 Delante de Dios y de Cristo Jesús, que vendrá glorioso como Rey a juzgar a los vivos y a los muertos, te encargo mucho

2 que prediques el mensaje, y que insistas cuando sea oportuno y aun cuando no lo sea. Convence, reprende y anima, enseñando con toda paciencia.

3 Porque va a llegar el tiempo en que la gente no soportará la sana enseñanza; más bien, según sus propios caprichos, se buscarán un montón de maestros que sólo les enseñen lo que ellos quieran oír.

4 Darán la espalda a la verdad y harán caso a toda clase de cuentos.

5 Pero tú conserva siempre el buen juicio, soporta los sufrimientos, dedícate a anunciar el evangelio, cumple bien con tu trabajo.

6 Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte.

7 He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel.

8 Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa.

Instrucciones y noticias personales

9 Haz lo posible por venir pronto a verme;

10 pues Demas, que amaba más las cosas de esta vida, me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica. Crescente se ha ido a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia.

11 Solamente Lucas está conmigo. Busca a Marcos y tráelo contigo, porque puede ser una ayuda para mí en el trabajo.

12 A Tíquico lo mandé a Éfeso.

13 Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en casa de Carpo; también los libros, y especialmente los pergaminos.

14 Alejandro el herrero se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará conforme a lo que ha hecho.

15 Cuídate tú también de él, porque se ha puesto muy en contra de nuestro mensaje.

16 En mi primera defensa ante las autoridades, nadie me ayudó; todos me abandonaron. Espero que Dios no se lo tome en cuenta.

17 Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los paganos. Así el Señor me libró de la boca del león,

18 y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén.

Despedida

19 Saludos a Prisca y a Aquila, y a la familia de Onesíforo.

20 Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé enfermo en Mileto.

21 Procura venir antes del invierno. Te mandan saludos Eubulo, Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.

22 Que el Señor Jesucristo esté contigo, y que Dios derrame su gracia sobre todos ustedes.

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1 Timoteo 1

Saludo

1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús, enviado por mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús, nuestra esperanza,

2 saluda a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Que Dios nuestro Padre y Cristo Jesús nuestro Señor derramen su gracia, su misericordia y su paz sobre ti.

Advertencia contra las falsas enseñanzas

3 Como ya te rogué al irme a la región de Macedonia, quédate en Éfeso, para ordenar a ciertas personas que no enseñen ideas falsas

4 ni presten atención a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas llevan solamente a la discusión y no ayudan a conocer el designio de Dios, que se vive en la fe.

5 El propósito de esa orden es que nos amemos unos a otros con el amor que proviene de un corazón limpio, de una buena conciencia y de una fe sincera.

6 Algunos se han desviado de esto y se han perdido en inútiles discusiones.

7 Quieren ser maestros de la ley de Dios, cuando no entienden lo que ellos mismos dicen ni lo que enseñan con tanta seguridad.

8 Sabemos que la ley es buena, si se usa de ella conforme al propósito que tiene.

9 Hay que recordar que ninguna ley se da para quienes hacen lo bueno. La ley tiene en cuenta a los rebeldes y desobedientes, a los malvados y pecadores, a los que no respetan a Dios ni a la religión, a los que matan a su padre o a su madre, a todos los asesinos,

10 a los que cometen inmoralidades sexuales, a los homosexuales, a los traficantes de esclavos, a los mentirosos y a los que juran en falso; es decir, a los que hacen cosas que van en contra de la sana enseñanza.

11 Y esto es lo que enseña el glorioso evangelio que el Dios bienaventurado me ha encargado.

La misericordia de Dios con Pablo

12 Doy gracias a aquel que me ha dado fuerzas, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me ha considerado fiel y me ha puesto a su servicio,

13 a pesar de que yo antes decía cosas ofensivas contra él, lo perseguía y lo insultaba. Pero Dios tuvo misericordia de mí, porque yo todavía no era creyente y no sabía lo que hacía.

14 Y nuestro Señor derramó abundantemente su gracia sobre mí, y me dio la fe y el amor que podemos tener gracias a Cristo Jesús.

15 Esto es muy cierto, y todos deben creerlo: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

16 Pero Dios tuvo misericordia de mí, para que Jesucristo mostrara en mí toda su paciencia. Así yo vine a ser ejemplo de los que habían de creer en él para obtener la vida eterna.

17 ¡Honor y gloria para siempre al Rey eterno, al inmortal, invisible y único Dios! Amén.

18-19 Timoteo, hijo mío, te doy este encargo para que pelees la buena batalla con fe y buena conciencia, conforme a las palabras proféticas pronunciadas anteriormente sobre ti. Algunos, por no haber hecho caso a su conciencia, han fracasado en su fe.

20 Esto les ha pasado a Himeneo y Alejandro, a quienes he entregado a Satanás para que aprendan a no decir cosas ofensivas contra Dios.

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1 Timoteo 2

La oración por toda la humanidad

1 Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad.

2 Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad.

3 Esto es bueno y agrada a Dios nuestro Salvador,

4 pues él quiere que todos se salven y lleguen a conocer la verdad.

5 Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús.

6 Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos y como testimonio dado por él a su debido tiempo.

7 Para anunciar esto, yo he sido nombrado mensajero y apóstol, y se me ha encargado que enseñe acerca de la fe y de la verdad a los que no son judíos. Lo que digo es cierto; no miento.

La conducta de los hombres y las mujeres

8 Así pues, quiero que los hombres oren en todas partes, y que eleven sus manos a Dios con pureza de corazón y sin enojos ni discusiones.

9 Y quiero que las mujeres se vistan decentemente, que se adornen con modestia y sencillez, no con peinados exagerados, ni con oro, perlas o vestidos costosos.

10 Que su adorno sean las buenas obras, como corresponde a las mujeres que quieren honrar a Dios.

11 La mujer debe escuchar la instrucción en silencio, con toda sumisión;

12 y no permito que la mujer enseñe en público ni domine al hombre. Quiero que permanezca callada,

13 porque Dios hizo primero a Adán y después a Eva;

14 y Adán no fue el engañado, sino la mujer; y al ser engañada, cayó en pecado.

15 Pero la mujer se salvará si cumple sus deberes como madre, y si con buen juicio se mantiene en la fe, el amor y la santidad.

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1 Timoteo 3

1 Esto es muy cierto.

Cómo deben ser los que presiden

Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira.

2 Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar;

3 no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero.

4 Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna;

5 porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?

6 Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo.

7 También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo.

Cómo deben ser los diáconos

8 Asimismo, los diáconos deben ser hombres respetables, que nunca falten a su palabra ni sean dados a emborracharse ni a desear ganancias mal habidas.

9 Deben apegarse a la verdad revelada en la cual creemos, y vivir con conciencia limpia.

10 Primero deben pasar un período de prueba, y después, si no hay nada en contra de ellos, podrán servir como diáconos.

11 Igualmente, las mujeres deben ser respetables, no chismosas, serias y fieles en todo.

12 Un diácono debe ser esposo de una sola mujer, y saber gobernar bien a sus hijos y su propia casa.

13 Porque los diáconos que realizan bien su trabajo, se hacen dignos de un lugar de honor, y podrán gozar de gran tranquilidad gracias a su fe en Cristo Jesús.

La verdad revelada de nuestra religión

14 Espero ir pronto a verte; pero te escribo esto

15 para que, si me retraso, sepas cómo debe portarse uno en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad.

16 No hay duda de que la verdad revelada de nuestra religión es algo muy grande:

Cristo se manifestó en su condición de hombre,

triunfó en su condición de espíritu

y fue visto por los ángeles.

Fue anunciado a las naciones,

creído en el mundo

y recibido en la gloria.

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1 Timoteo 4

Las falsas enseñanzas

1 Pero el Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe, siguiendo a espíritus engañadores y enseñanzas que vienen de los demonios.

2 Harán caso a gente hipócrita y mentirosa, cuya conciencia está marcada con el hierro de sus malas acciones.

3 Esta gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos que Dios ha creado para que los creyentes y los que conocen la verdad los coman, dándole gracias.

4 Pues todo lo que Dios ha creado es bueno; y nada debe ser rechazado si lo aceptamos dando gracias a Dios,

5 porque la palabra de Dios y la oración lo hacen puro.

6 Enseña estas cosas a los hermanos, y serás un buen servidor de Cristo Jesús, un servidor alimentado con las palabras de la fe y de la buena enseñanza que has seguido.

7 Pero no hagas caso de cuentos mundanos y tontos. Ejercítate en la piedad;

8 pues aunque el ejercicio físico sirve para algo, la piedad es útil para todo, porque tiene promesas de vida para el presente y para el futuro.

9 Esto es muy cierto, y todos deben creerlo.

10 Por eso mismo trabajamos y luchamos, porque hemos puesto nuestra esperanza en el Dios viviente, que es el Salvador de todos, especialmente de los que creen.

11 Estas cosas tienes que mandar y enseñar.

12 Evita que te desprecien por ser joven; más bien debes ser un ejemplo para los creyentes en tu modo de hablar y de portarte, y en amor, fe y pureza de vida.

13 Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos.

14 No descuides los dones que tienes y que Dios te concedió cuando, por inspiración profética, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos.

15 Pon tu cuidado y tu atención en estas cosas, para que todos puedan ver cómo adelantas.

16 Ten cuidado de ti mismo y de lo que enseñas a otros, y sigue firme en todo. Si lo haces así, te salvarás a ti mismo y salvarás también a los que te escuchan.

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1 Timoteo 5

Cómo comportarse con los diversos miembros de la comunidad

1 No trates con dureza al anciano; al contrario, aconséjalo como si fuera tu padre; y trata a los jóvenes como si fueran tus hermanos.

2 A las ancianas trátalas como a tu propia madre; y a las jóvenes, como si fueran tus hermanas, con toda pureza.

3 Ayuda a las viudas que no tengan a quien recurrir.

4 Pero si una viuda tiene hijos o nietos, ellos son quienes primero deben aprender a cumplir sus obligaciones con los de su propia familia y a corresponder al amor de sus padres, porque esto agrada a Dios.

5 La verdadera viuda, la que se ha quedado sola, pone su esperanza en Dios y no deja de rogar, orando día y noche.

6 Pero la viuda que se entrega al placer, está muerta en vida.

7 Mándales también estas cosas, para que sean irreprensibles.

8 Pues quien no se preocupa de los suyos, y sobre todo de los de su propia familia, ha negado la fe y es peor que los que no creen.

9 En la lista de las viudas deben estar únicamente las que tengan más de sesenta años y no hayan tenido sino un solo esposo.

10 Deben ser conocidas por sus buenas acciones, por haber criado bien a sus hijos, por haber recibido bien a los que llegan a su casa, por haber lavado los pies a los del pueblo santo y haber ayudado a los que sufren. En fin, por haberse dedicado a hacer toda clase de obras buenas.

11 Pero no pongas en la lista a viudas de menos edad; porque cuando sus propios deseos las apartan de Cristo, quieren casarse de nuevo

12 y resultan culpables de haber faltado a su compromiso.

13 Además andan de casa en casa, y se vuelven perezosas; y no sólo perezosas, sino también chismosas, metiéndose en todo y diciendo cosas que no convienen.

14 Por eso quiero que las viudas jóvenes se casen, que tengan hijos, que sean amas de casa y que no den lugar a las críticas del enemigo.

15 Pues algunas viudas ya se han apartado y han seguido a Satanás.

16 Si alguna mujer creyente tiene viudas en su familia, debe ayudarlas, para que no sean una carga para la iglesia; así la iglesia podrá ayudar a las viudas que de veras no tengan a quien recurrir.

17 Los ancianos que gobiernan bien la iglesia deben ser doblemente apreciados, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar.

18 Pues la Escritura dice: «No le pongas bozal al buey que trilla.» Y también: «El trabajador tiene derecho a su paga.»

19 No hagas caso de acusaciones contra un anciano, si no están apoyadas por dos o tres testigos.

20 A los que siguen pecando, debes reprenderlos delante de todos, para que los demás tengan temor.

21 Te encargo delante de Dios, de Jesucristo y de los ángeles escogidos, que sigas estas reglas sin hacer discriminaciones ni tener preferencias.

22 No impongas las manos a nadie sin haberlo pensado bien, para no hacerte cómplice de los pecados de otros. Consérvate limpio de todo mal.

23 Puesto que a menudo estás enfermo del estómago, no bebas agua sola, sino bebe también un poco de vino.

24 Los pecados de algunos se ven claramente antes del juicio, pero en otros casos sólo se ven después.

25 Del mismo modo, las obras buenas se ven claramente; y las que no son buenas no podrán quedar siempre escondidas.

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1 Timoteo 6

1 Los que están sometidos a esclavitud, deben considerar a sus amos como dignos de todo respeto, para que no se hable mal del nombre de Dios ni de nuestra enseñanza.

2 Y si algunos tienen amos creyentes, que no dejen de respetarlos por ser sus hermanos en la fe. Al contrario, deben servirlos mejor todavía, porque los que reciben sus buenos servicios son creyentes y hermanos amados.

La verdadera riqueza

Enseña y predica esto:

3 Si alguien enseña ideas extrañas y no está de acuerdo con la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo ni con lo que enseña nuestra religión,

4 es un orgulloso que no sabe nada. Discutir es en él como una enfermedad; y de ahí vienen envidias, discordias, insultos, desconfianzas

5 y peleas sin fin entre gente que tiene la mente pervertida y no conoce la verdad, y que toma la religión por una fuente de riqueza.

6 Y claro está que la religión es una fuente de gran riqueza, pero sólo para el que se contenta con lo que tiene.

7 Porque nada trajimos a este mundo, y nada podremos llevarnos;

8 si tenemos qué comer y con qué vestirnos, ya nos podemos dar por satisfechos.

9 En cambio, los que quieren hacerse ricos caen en la tentación como en una trampa, y se ven asaltados por muchos deseos insensatos y perjudiciales, que hunden a los hombres en la ruina y la condenación.

10 Porque el amor al dinero es raíz de toda clase de males; y hay quienes, por codicia, se han desviado de la fe y se han causado terribles sufrimientos.

Exhortación a Timoteo

11 Pero tú, hombre de Dios, huye de todo esto. Lleva una vida de rectitud, de piedad, de fe, de amor, de fortaleza en el sufrimiento y de humildad de corazón.

12 Pelea la buena batalla de la fe; no dejes escapar la vida eterna, pues para eso te llamó Dios y por eso hiciste una buena declaración de tu fe delante de muchos testigos.

13 Ahora, delante de Dios, que da vida a todo lo que existe, y delante de Jesucristo, que también hizo una buena declaración y dio testimonio ante Poncio Pilato, te mando

14 que obedezcas lo que te ordeno, manteniendo una conducta pura e irreprensible hasta la venida gloriosa de nuestro Señor Jesucristo.

15 A su debido tiempo, Dios llevará esto a cabo, porque él es el único y bienaventurado Soberano, Rey de reyes y Señor de señores.

16 Es el único inmortal, que vive en una luz a la que nadie puede acercarse. Ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. ¡A él pertenecen para siempre el honor y el poder! Amén.

17 A los que tienen riquezas de esta vida, mándales que no sean orgullosos ni pongan su esperanza en sus riquezas, porque las riquezas no son seguras. Antes bien, que pongan su esperanza en Dios, el cual nos da todas las cosas con abundancia y para nuestro provecho.

18 Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas obras y que estén dispuestos a dar y compartir lo que tienen.

19 Así tendrán riquezas que les proporcionarán una base firme para el futuro, y alcanzarán la vida verdadera.

Recomendación final y despedida

20 Timoteo, cuida bien lo que se te ha confiado. No escuches palabrerías mundanas y vacías, ni los argumentos que opone el falsamente llamado conocimiento de la verdad;

21 pues algunos que profesan esa clase de conocimiento, se han desviado de la fe.

Que el Señor derrame su gracia sobre ustedes.

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