1 Crónicas 9

1 De esta manera, todo Israel quedó registrado en el libro de los reyes de Israel.

Los que regresaron de Babilonia

Pero la gente de Judá fue desterrada a Babilonia por causa de su maldad.

2 Los primeros en volver a establecerse en sus propiedades y ciudades fueron israelitas, sacerdotes, levitas y sirvientes del templo.

3 En Jerusalén se establecieron descendientes de Judá, Benjamín, Efraín y Manasés.

4 De los descendientes de Judá: Utai, hijo de Amihud, que fue hijo de Omrí, que fue hijo de Imrí, que fue hijo de Baní, de los descendientes de Fares, hijo de Judá.

5 Silonitas: Asaías, el mayor de sus hijos.

6 De los descendientes de Zérah: Jeuel y sus parientes, seiscientas noventa personas.

7 De los descendientes de Benjamín: Salú, hijo de Mesulam, que fue hijo de Hodavías, que fue hijo de Senúa;

8 Ibneías, hijo de Jeroham; Elá, hijo de Uzí, que fue hijo de Micrí; Mesulam, hijo de Sefatías, que fue hijo de Reuel, que fue hijo de Ibnías.

9 Sus parientes, según sus varias generaciones, fueron novecientos cincuenta y seis, todos ellos jefes de familia.

10 De los sacerdotes: Jedaías, Joiarib, Jaquín,

11 Azarías, hijo de Hilquías, que fue hijo de Mesulam, que fue hijo de Sadoc, que fue hijo de Meraiot, que fue hijo de Ahitub, jefe principal de la casa de Dios;

12 Adaías, hijo de Jeroham, que fue hijo de Pashur, que fue hijo de Malquías; Masai, hijo de Adiel, que fue hijo de Jahzera, que fue hijo de Mesulam, que fue hijo de Mesilemit, que fue hijo de Imer;

13 y sus parientes, que eran mil setecientos sesenta jefes de familia, hombres muy capacitados para el servicio de la casa de Dios.

14 De los levitas: Semaías, hijo de Hasub, que fue hijo de Azricam, que fue hijo de Hasabías, de la familia de Merarí;

15 Bacbacar, Heres, Galal y Matanías, hijo de Micaías, que fue hijo de Zicrí, que fue hijo de Asaf;

16 Abdías, hijo de Semaías, que fue hijo de Galal, que fue hijo de Jedutún; Berequías, hijo de Asá, que fue hijo de Elcaná, que vivió en las aldeas de los netofatitas.

17 Los porteros: Salum, Acub, Talmón, Ahimán. Salum, hermano de ellos, era su jefe

18 y, hasta el presente, guardián de la puerta del rey, que está al oriente. Éstos fueron los porteros de los campamentos de los levitas.

19 Salum, hijo de Coré, que fue hijo de Ebiasaf, que fue hijo de Coré, y sus parientes coreítas, eran los encargados de cuidar la entrada del santuario, como antes sus antepasados habían cuidado la entrada del campamento del Señor.

20 Antes de eso, Finees, hijo de Eleazar, fue jefe de ellos. ¡Que el Señor esté con él!

21 Zacarías, hijo de Meselemías, era portero de la tienda del encuentro con Dios.

22 El total de los porteros escogidos era de doscientos doce, según el registro familiar de las poblaciones donde vivían. David y Samuel el vidente fueron quienes los nombraron para este cargo, porque eran dignos de confianza.

23 Tanto ellos como sus hijos se turnaban para cuidar la entrada de la casa del Señor, es decir, el santuario.

24 Había porteros en los cuatro puntos cardinales: al este y al oeste, al norte y al sur.

25 Sus familiares, que vivían en sus pueblos, venían para ayudarlos con un turno de siete días.

26 Pero los cuatro porteros principales, que eran levitas, estaban de guardia permanente, cuidando los cuartos y tesoros de la casa de Dios.

27 Pasaban la noche en los alrededores del templo, porque estaban encargados de cuidarlo y de abrir sus puertas todas las mañanas.

28 Algunos de ellos tenían a su cargo los utensilios que se usaban en el culto, y debían sacarlos y meterlos llevando la cuenta.

29 Otros estaban encargados de los demás utensilios y de los objetos sagrados, además de la harina, el vino, el aceite, el incienso y los perfumes.

30 Algunos de los sacerdotes eran quienes preparaban los perfumes;

31 y un levita llamado Matatías, hijo mayor de Salum el coreíta, era siempre el encargado de hacer las tortas para la ofrenda.

32 Algunos de sus parientes quehatitas eran los encargados de preparar el pan consagrado que se ponía en hileras todos los sábados.

33 Había también cantores, jefes de familias levitas que vivían en los cuartos del templo, libres de otros trabajos, porque día y noche estaban ocupados en su servicio.

34 Éstos fueron los jefes de familia de los levitas, en el orden de sus generaciones, que vivían en Jerusalén.

La familia de Saúl

35 En la ciudad de Gabaón vivía Jehiel, padre de Gabaón. Su mujer se llamaba Maacá.

36 Sus hijos fueron Abdón, el mayor; Sur, Quis, Baal, Ner, Nadab,

37 Guedor, Ahió, Zacarías y Miclot,

38 que fue padre de Simam. También éstos, siguiendo el ejemplo de sus hermanos, vivían con ellos en Jerusalén.

39 Ner fue padre de Quis, Quis fue padre de Saúl, y Saúl fue padre de Jonatán, Malquisúa, Abinadab y Es-baal.

40 Hijo de Jonatán fue Merib-baal, que fue padre de Micaías.

41 Los hijos de Micaías fueron Pitón, Mélec, Tarea y Ahaz.

42 Ahaz fue padre de Jará, y Jará fue padre de Alémet, Azmávet y Zimrí; Zimrí fue padre de Mosá,

43 y Mosá fue padre de Biná, que fue padre de Refaías, que fue padre de Elasá, que fue padre de Asel.

44 Los hijos de Asel fueron seis, que se llamaron: Azricam, Bocrú, Ismael, Searías, Abdías y Hanán. Éstos fueron los hijos de Asel.

1 Crónicas 10

Saúl y sus hijos mueren en la guerra

1 Los filisteos atacaron a Israel, y los israelitas huyeron ante ellos, pues fueron muchos los muertos en el monte Guilboa.

2 Y los filisteos se fueron en persecución de Saúl y de sus hijos, y mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa.

3 Luego concentraron todo su ataque sobre Saúl, y los arqueros lograron alcanzarlo y herirlo con sus flechas.

4 Por lo tanto, le dijo a su ayudante de armas: «Saca tu espada y atraviésame con ella, para que no vengan estos paganos y se diviertan conmigo.»

Pero su ayudante no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó su espada y se dejó caer sobre ella.

5 Y cuando su ayudante vio que Saúl había muerto, también él se dejó caer sobre su propia espada y murió.

6 Así murieron aquel día Saúl, sus tres hijos y toda su familia.

7 Y cuando todos los israelitas que vivían en el valle vieron que habían huido, y que Saúl y sus hijos habían muerto, abandonaron las ciudades y huyeron también. Entonces los filisteos llegaron y se quedaron a vivir en ellas.

8 Al día siguiente, cuando los filisteos fueron a despojar a los muertos, encontraron a Saúl y a sus hijos tendidos en el monte Guilboa.

9 Entonces le quitaron la ropa y se llevaron su cabeza y sus armas, y enviaron mensajeros por todo el territorio filisteo para que dieran la noticia al pueblo y a sus dioses.

10 Luego pusieron las armas de Saúl en el templo de sus dioses y colgaron su cabeza en el templo de Dagón.

11 Cuando todos los de Jabés de Galaad supieron lo que los filisteos habían hecho con Saúl,

12 se pusieron de acuerdo todos los hombres valientes, y tomaron los cuerpos de Saúl y de sus hijos y se los llevaron a Jabés. Allí enterraron sus restos debajo de una encina. Después de eso guardaron siete días de ayuno.

13 Así fue como murió Saúl a causa de su maldad, pues pecó al no obedecer las órdenes del Señor y al consultar a una adivina

14 en vez de consultarlo a él. Por eso el Señor le quitó la vida, y le dio el reino a David, hijo de Jesé.

1 Crónicas 11

David, rey de Israel y de Judá

1 Todos los israelitas se reunieron y fueron a hablar con David en Hebrón. Allí le dijeron: «Nosotros somos de tu misma sangre,

2 y en realidad, aunque Saúl era rey, tú dirigías a Israel en sus campañas. Además, el Señor tu Dios te ha prometido que tú serás quien dirija y gobierne a su pueblo Israel.»

3 De esta manera, todos los ancianos de Israel fueron y hablaron con el rey David en Hebrón, y él hizo un pacto con ellos, poniendo al Señor por testigo. Entonces ellos consagraron a David como rey de Israel, conforme a lo que Dios había prometido por medio de Samuel.

David captura la fortaleza de Sión

4 David y todos los israelitas se dirigieron a Jerusalén, que es Jebús. Los jebuseos habitaban en aquella región,

5 y le dijeron a David: «Tú no podrás entrar aquí.» Sin embargo, David capturó la fortaleza de Sión, ahora conocida como la Ciudad de David.

6 Y David había dicho: «Al primero que ataque a los jebuseos lo nombraré jefe principal.» Y el primero en atacar fue Joab, hijo de Seruiá, y fue nombrado jefe.

7 Después se instaló David en la fortaleza; por eso la llamaron Ciudad de David.

8 Y construyó David la ciudad alrededor, desde el terraplén hasta los alrededores. Joab reconstruyó el resto de la ciudad.

9 Y el poder de David iba aumentando, y el Señor todopoderoso estaba con él.

Héroes del ejército de David

10 Éstos son los soldados más sobresalientes de David, que le dieron apoyo en su reinado y que en unión de todos los israelitas lo hicieron rey, conforme a lo que el Señor había anunciado a Israel.

11 Ésta es la lista de los mejores soldados de David: Jasobeam, hijo de Hacmoní, jefe de los tres más valientes, que en una ocasión mató a trescientos hombres con su lanza.,

12 Después de él seguía Eleazar, hijo de Dodó, el ahohíta, que era uno de los tres más valientes.

13 Estuvo con David en Pas-damim, cuando los filisteos se juntaron allí para la batalla. Había allí un campo sembrado de cebada, y cuando la tropa israelita huyó ante los filisteos,

14 él se plantó en medio del campo y lo defendió, derrotando a los filisteos. Así el Señor les dio una gran victoria.

15 Una vez, tres de los treinta valientes fueron a la Peña a encontrarse con David en la cueva de Adulam. Las fuerzas filisteas tenían su campamento en el valle de Refaim.

16 David se hallaba en la fortaleza, al tiempo que un destacamento filisteo se encontraba en Belén.

17 Y David expresó este deseo: «¡Ojalá alguien me diera a beber agua del pozo que está en la puerta de Belén!»

18 Entonces los tres valientes penetraron en el campamento filisteo y sacaron agua del pozo que está a la entrada de Belén, y se la llevaron a David. Pero David no quiso beberla, sino que la derramó como ofrenda al Señor,

19 diciendo: «¡Dios me libre de beberla! ¡Sería como beberme la sangre de estos hombres, pues arriesgando sus vidas fueron a traerla!» Y no quiso beberla.

Esta hazaña la realizaron los tres valientes.

20 Abisai, hermano de Joab, era jefe de los treinta valientes. En cierta ocasión atacó a trescientos hombres con su lanza y los mató. Así ganó fama entre los treinta,

21 y recibió más honores que todos ellos, pues llegó a ser su jefe. Pero no igualó a los tres primeros.

22 Benaías, hijo de Joiadá, del pueblo de Cabseel, era un hombre valiente que realizó muchas hazañas. Él fue quien mató a los dos hijos de Ariel de Moab. Un día en que estaba nevando bajó a un foso, y allí dentro mató a un león.

23 También mató a un egipcio de gran estatura, que medía casi dos metros y medio e iba armado con una lanza que parecía el rodillo de un telar. Benaías lo atacó con un palo, le arrebató la lanza de la mano y lo mató con su propia lanza.

24 Esta acción de Benaías, hijo de Joiadá, le hizo ganar fama entre los treinta valientes,

25 y recibió más honores que ellos, pero no igualó a los tres primeros. Y David lo puso al mando de su guardia personal.

26 Los valientes eran: Asael, hermano de Joab; Elhanán, hijo de Dodó, de Belén;

27 Samot, de Harod; Heles, el paltita;

28 Irá, hijo de Iqués, de Tecoa; Abiézer, de Anatot;

29 Sibecai, de Husá; Ilai, el ahohíta;

30 Maharai, de Netofá; Héled, hijo de Baaná, también de Netofá;

31 Itai, hijo de Ribai, de Guibeá, que está en el territorio de Benjamín; Benaías, de Piratón;

32 Hidai, del arroyo de Gaas; Abiel, el arbatita;

33 Azmávet, de Bahurim; Eliahbá, el saalbonita;

34 los hijos de Jasén, el guizonita; Jonatán, hijo de Sagué el ararita;

35 Ahiam, hijo de Sacar, también ararita; Elifal, hijo de Ur;

36 Héfer, el mequeratita; Ahías, el pelonita;

37 Hesrai, de Carmel; Naarai, hijo de Esbai;

38 Joel, hermano de Natán; Mibhar, hijo de Hagrai;

39 Sélec, el amonita; Naharai, de Berot, ayudante de armas de Joab, hijo de Seruiá;

40 Irá, de Jatir; Gareb, también de Jatir;

41 Urías, el hitita; Zabad, hijo de Ahlai;

42 Adiná, hijo de Sizá, el rubenita, jefe de los rubenitas, y treinta hombres con él;

43 Hanán, hijo de Maacá; Josafat, el mitnita;

44 Ozías, de Astarot; Samá y Jehiel, hijos de Hotam, de Aroer;

45 Jediael, hijo de Simrí, y su hermano Johá, el tizita;

46 Eliel, de Mahanaim; Jerebai y Josavía, hijos de Elnáam; Itmá, el moabita;

47 Eliel, Obed y Jaasiel, de Sobá.

1 Crónicas 12

Los aliados de David

1 Cuando David todavía estaba desterrado de la presencia de Saúl, hijo de Quis, un grupo de guerreros valientes que iban a ser sus aliados en la guerra fue a unirse con él en Siclag.

2 Estos guerreros estaban armados con arcos, y lo mismo podían lanzar piedras con la honda que disparar flechas, con la mano derecha o con la izquierda. Eran los siguientes:

Parientes de Saúl, de la tribu de Benjamín:

3 Ahiézer, el jefe, y Joás, hijos de Semaá, del pueblo de Guibeá; Jeziel y Pélet, hijos de Azmávet; Beracá y Jehú, que era del pueblo de Anatot;

4a Ismaías, gabaonita, uno de los treinta valientes y jefe de ellos;

4b Jeremías, Jahaziel, Johanán, Jozabad de Guederá,

5 Eluzai, Jerimot, Bealías, Semarías; Sefatías, el harufita;

6 Elcaná, Isías, Azarel, Joézer y Jasobeam, coreítas;

7 y Joelá y Zebadías, hijos de Jeroham, de Guedor.

8 También de la tribu de Gad se pasaron algunos al lado de David cuando estaba en la fortaleza del desierto. Eran guerreros valientes, entrenados en la guerra y armados con escudo y lanza. Tenían aspecto como de leones y corrían por los montes como venados.

9 Eran los siguientes: Éser, el primero; Abdías, el segundo; Eliab, el tercero;

10 Mismaná, el cuarto; Jeremías, el quinto;

11 Atai, el sexto; Eliel, el séptimo;

12 Johanán, el octavo; Elzabad, el noveno;

13 Jeremías, el décimo, y Macbanai, el undécimo.

14 Estos descendientes de Gad eran jefes del ejército. Uno solo de ellos valía, el menor por cien, y el mayor por mil.

15 Éstos fueron los que atravesaron el Jordán en primavera, cuando el río iba crecido hasta los bordes, e hicieron huir a todos los que había en los valles, al este y al oeste.

16 Además algunos hombres de las tribus de Benjamín y de Judá fueron a unirse con David en la fortaleza.

17 David salió a su encuentro y les dijo: «Si vienen ustedes en son de paz y para ayudarme, acepto de todo corazón que se unan conmigo; pero si vienen a traicionarme y entregarme a mis enemigos, a pesar de que no he cometido ningún crimen, ¡que el Dios de nuestros antepasados lo vea y los castigue!»

18 Entonces Amasai, jefe de los treinta, poseído por el espíritu, exclamó:

«¡Paz a ti, David, hijo de Jesé!

¡Que la paz esté contigo!

¡Paz a ti y a los que te ayuden,

porque tu Dios te ha ayudado!»

David los recibió y les dio puestos entre los jefes de la tropa.

19 También algunos de la tribu de Manasés se pasaron al lado de David cuando éste se fue a vivir con los filisteos para luchar contra Saúl. Aunque de hecho David no pudo ayudar a los filisteos, porque sus gobernadores, después de reunirse, decidieron despedirlo, pues dijeron: «¡A costa de nuestras cabezas se pasará a Saúl, su señor!»

20 Los hombres de la tribu de Manasés que se pasaron al lado de David cuando éste se fue a Siclag, fueron Adná, Jozabad, Jediael, Micael, Jozabad, Elihú y Siletai, jefes de batallones de Manasés.

21 Éstos fueron los que ayudaron a David al frente de la tropa, porque todos eran guerreros valientes y llegaron a ser jefes del ejército.

22 Y día tras día llegaban más refuerzos a David, hasta que se formó un gran ejército, un ejército de veras formidable.

El ejército de David

23 Éste es el total de las fuerzas equipadas para la guerra que se unieron a David en Hebrón, para pasarle el reino de Saúl, según el mandato del Señor:

24 De la tribu de Judá, seis mil ochocientos hombres con escudos y lanzas, equipados para el combate.

25 De la tribu de Simeón, siete mil cien guerreros valientes, equipados para la guerra.

26 De la tribu de Leví, cuatro mil seiscientos,

27 más tres mil setecientos de la familia de Aarón, con Joiadá, su jefe,

28 y con Sadoc, joven y valiente guerrero, con veintidós jefes de su familia.

29 De la tribu de Benjamín, la misma tribu de Saúl, tres mil hombres, pues hasta entonces la mayoría de ellos había permanecido fiel a Saúl.

30 De la tribu de Efraín, veinte mil ochocientos guerreros valientes, famosos en su clan.

31 De la media tribu de Manasés, dieciocho mil hombres que habían sido nombrados para ir a establecer a David como rey.

32 De la tribu de Isacar, gente experta en conocer los tiempos para saber lo que Israel debía hacer, doscientos jefes con todos los hombres de su tribu bajo sus órdenes.

33 De la tribu de Zabulón, cincuenta mil soldados en pie de guerra, con toda clase de armamento, firmemente decididos a ayudar a David.

34 De la tribu de Neftalí, mil jefes con treinta y siete mil hombres armados con lanzas y escudos.

35 De la tribu de Dan, veintiocho mil seiscientos soldados.

36 De la tribu de Aser, cuarenta mil soldados en pie de guerra.

37 Además, del otro lado del Jordán, ciento veinte mil hombres de las tribus de Rubén y Gad y de la media tribu de Manasés, equipados con toda clase de armamento.

38 Todos estos guerreros, en formación de batalla, fueron a Hebrón firmemente decididos a establecer a David como rey de todo Israel; y todos los demás israelitas, sin excepción, estaban resueltos a hacer lo mismo.

39 Estuvieron allí con David durante tres días, comiendo y bebiendo, porque sus compatriotas les habían preparado lo necesario.

40 Además, sus vecinos, aun los que eran de Isacar, Zabulón y Neftalí, les llevaron comida en asnos, camellos, mulos y bueyes. Les llevaron provisiones varias: harina, tortas de higos, pasas, vino, aceite, toros y ovejas; todo en abundancia, porque había mucha alegría en Israel.

1 Crónicas 13

David hace planes para llevar el arca a Jerusalén

1 David consultó a los comandantes de batallón y a los capitanes, es decir, a todos los jefes,

2 y después dijo a todo el pueblo de Israel: «Si a ustedes les parece bien y el Señor nuestro Dios nos da la oportunidad, mandemos aviso a nuestros compatriotas que quedan todavía en las diversas regiones de Israel, y también a todos los sacerdotes y levitas que se hallan en sus ciudades y tierras de pastoreo, invitándolos a que se unan a nosotros,

3 para que nos traigamos el arca de nuestro Dios, pues desde los tiempos de Saúl la hemos tenido olvidada.»

4 Todo el pueblo estuvo de acuerdo en que se hiciera eso, pues a todos les pareció razonable la propuesta.

David intenta trasladar el arca del Señor

5 David reunió a todo Israel, desde Sihor en la frontera con Egipto hasta la entrada de Hamat, para traer de Quiriat-jearim el arca de Dios.

6 Luego, acompañado de todo Israel, subió a Quiriat-jearim, llamada también Baalá, que está en Judá, para trasladar de allí el arca de Dios, sobre la que se invoca el nombre del Señor, que tiene su trono sobre los querubines.

7 Pusieron el arca sobre una carreta nueva y se la llevaron de la casa de Abinadab. Uzá y Ahió iban guiando la carreta.

8 Mientras tanto, David y todo Israel iban delante de Dios cantando y bailando con todas sus fuerzas, al son de la música de arpas, salterios, panderos, platillos y trompetas.

9 Cuando llegaron al lugar conocido como Era de Quidón, Uzá alargó la mano para sostener el arca, porque habían tropezado los bueyes.

10 Pero el Señor se enfureció con Uzá por haber extendido la mano hacia el arca, y le quitó la vida allí mismo, delante de él.

11 David se disgustó mucho porque el Señor le quitó la vida a Uzá, y por eso llamó a aquel lugar Peres-uzá, nombre que tiene hasta el presente.

12 Pero ese mismo día David tuvo mucho miedo ante Dios, y exclamó: «¡Ni pensar en llevarme el arca de Dios!»

13 Y no se llevó el arca a la Ciudad de David, sino que ordenó que la llevaran a casa de Obed-edom, un hombre de Gat.

14 El arca de Dios se quedó tres meses en casa de Obed-edom, y el Señor bendijo a la familia de Obed-edom y a todas sus cosas.

1 Crónicas 14

Hiram envía embajadores a David

1 Hiram, rey de Tiro, envió sus embajadores a David, además de albañiles y carpinteros que llevaron madera de cedro para construirle el palacio.

2 Entonces David comprendió que el Señor lo había confirmado como rey de Israel, porque había hecho prosperar mucho su reinado en atención a su pueblo Israel.

Otros hijos de David

3 David tomó más esposas en Jerusalén, y tuvo más hijos e hijas.

4 Los hijos que le nacieron en Jerusalén se llamaban: Samúa, Sobab, Natán, Salomón,

5 Ibhar, Elisúa, Elpélet,

6 Nógah, Néfeg, Jafía,

7 Elisamá, Eliadá y Elifélet.

David derrota a los filisteos

8 Cuando los filisteos supieron que David había sido consagrado como rey de todo Israel, se lanzaron todos en busca suya; pero David lo supo y les salió al encuentro.

9 Entonces los filisteos avanzaron e hicieron incursiones por el valle de Refaim.

10 Por esto, David consultó al Señor, y le preguntó:

—¿Puedo atacar a los filisteos? ¿Me darás la victoria sobre ellos?

Y el Señor le respondió:

—Atácalos, pues te daré la victoria sobre ellos.

11 David subió a Baal-perasim, y allí los venció. Por eso dijo: «Como un torrente de agua, Dios me ha abierto paso entre mis enemigos.» Y llamaron a aquel lugar Baal-perasim.

12 Además, los filisteos dejaron abandonados a sus dioses, y David los mandó quemar.

13 Pero los filisteos volvieron a hacer incursiones por el valle de Refaim,

14 así que David consultó de nuevo a Dios, y Dios le contestó:

—No los ataques de frente, sino rodéalos y atácalos por la retaguardia cuando llegues a los árboles de bálsamo.

15 Cuando escuches ruido de pasos por encima de las copas de los árboles, lánzate a la batalla, porque eso significa que yo voy delante de ti para herir de muerte al ejército filisteo.

16 David hizo lo que Dios le había ordenado, y derrotaron al ejército de los filisteos desde Gabaón hasta Guézer,

17 por lo cual su fama se extendió por todos los países y el Señor hizo que todas las naciones le tuvieran miedo.

1 Crónicas 15

David traslada el arca del Señor a Jerusalén

1 David hizo que le construyeran casas en la Ciudad de David, y preparó también un lugar para el arca de Dios en una tienda de campaña que levantó.

2 Entonces ordenó: «Nadie, fuera de los levitas, debe llevar el arca de Dios, porque el Señor los ha escogido a ellos para que lleven el arca del Señor y para que estén siempre a su servicio.»

3 Luego reunió a todo Israel en Jerusalén para trasladar el arca del Señor al lugar que le había preparado.

4 También reunió a los descendientes de Aarón y a los levitas.

5 De los descendientes de Quehat se juntaron ciento veinte: Uriel, el jefe, y sus parientes.

6 De los descendientes de Merarí, doscientos veinte: Asaías, el jefe, y sus parientes.

7 De los descendientes de Guersón, ciento treinta: Joel, el jefe, y sus parientes.

8 De los descendientes de Elisafán, doscientos: Semaías, el jefe, y sus parientes.

9 De los descendientes de Hebrón, ochenta: Eliel, el jefe, y sus parientes.

10 De los descendientes de Uziel, ciento doce: Aminadab, el jefe, y sus parientes.

11 Luego llamó David a Sadoc y a Abiatar, los sacerdotes, y a los levitas Uriel, Asaías, Joel, Semaías, Eliel y Aminadab,

12 y les dijo: «Ustedes, que son los jefes de las familias de los levitas, purifíquense ritualmente junto con sus parientes, para que puedan trasladar el arca del Señor, Dios de Israel, al lugar que le he preparado;

13 pues como la primera vez no lo hicieron ustedes, el Señor nuestro Dios les quitó la vida a algunos de nosotros, porque no lo consultamos como era debido.»

14 Entonces los sacerdotes y levitas se purificaron ritualmente para poder trasladar el arca del Señor, Dios de Israel.

15 Lo hicieron sirviéndose de los travesaños, llevados sobre los hombros, según lo había mandado Moisés por orden del Señor.

16 También ordenó David a los jefes de los levitas que, de entre los de su tribu, nombraran cantores que fueran con instrumentos musicales, salterios, arpas y platillos, y los tocaran con entusiasmo en señal de alegría.

17 Los levitas nombraron a Hemán, hijo de Joel, y también a Asaf, hijo de Berequías, pariente de Hemán; de los descendientes de Merarí y parientes de los anteriores, a Etán, hijo de Cusaías;

18 además nombraron a otros parientes de los anteriores, que pertenecían a la segunda categoría de servicio: Zacarías, Jaaziel, Semiramot, Jehiel, Uní, Eliab, Benaías, Maaseías, Matatías, Elifelehu, Mecneías, y los porteros, que eran Obed-edom y Jeiel.

19 Los cantores Hemán, Asaf y Etán estaban encargados de hacer sonar los platillos de bronce.

20 Zacarías, Aziel, Semiramot, Jehiel, Uní, Eliab, Maaseías y Benaías tenían salterios para tocar a la manera elamita,

21 mientras que Matatías, Elifelehu, Mecneías, Obed-edom, Jeiel y Azazías tenían arpas para tocar a la manera siminita, introduciendo el canto.

22 Quenanías, jefe de los levitas encargados del transporte, era el que lo dirigía, pues era muy entendido.

23 Los porteros del arca eran Berequías y Elcaná.

24 Y los sacerdotes Sebanías, Josafat, Natanael, Amasai, Zacarías, Benaías y Eliézer eran los que tocaban las trompetas delante del arca de Dios. Obed-edom y Jehías también eran porteros del arca.

25 Entonces David, los ancianos de Israel y los jefes de los batallones fueron con alegría a trasladar de la casa de Obed-edom el arca de la alianza del Señor.

26 Y como Dios ayudaba a los levitas que transportaban el arca, se sacrificaron siete novillos y siete carneros.

27 David iba vestido con un manto de lino fino, como también todos los levitas que llevaban el arca, los cantores y Quenanías, que dirigía el transporte; además David llevaba puesto un efod de lino.

28 Todo Israel llevaba así el arca de la alianza del Señor entre gritos de alegría y el sonido de cuernos de carnero, trompetas y platillos, y la música de salterios y arpas.

29 Cuando el arca de la alianza del Señor llegó a la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, se asomó a la ventana; y al ver al rey David bailando alegremente, sintió un profundo desprecio por él.

1 Crónicas 16

1 El arca de Dios fue llevada y puesta dentro de una tienda de campaña que David había levantado con ese propósito. En seguida se ofrecieron holocaustos y sacrificios de reconciliación delante de Dios,

2 y cuando terminó David de ofrecerlos bendijo al pueblo en nombre del Señor,

3 y a todos los israelitas, hombres y mujeres, les dio un pan, una torta de dátiles y otra de pasas.

4 David nombró entre los levitas a los que habían de servir delante del arca del Señor, para que se encargaran de celebrar, dar gracias y alabar al Señor, Dios de Israel.

5 El jefe era Asaf, y después de él estaba Zacarías; luego venían Jeiel, Semiramot, Jehiel, Matatías, Eliab, Benaías, Obed-edom y Jeiel, quienes tenían sus instrumentos musicales, sus salterios y sus arpas. Asaf tocaba los platillos,

6 y los sacerdotes Benaías y Jahaziel tocaban siempre las trompetas delante del arca de la alianza de Dios.

Salmo de acción de gracias de David

7 Fue aquel mismo día cuando David ordenó por primera vez que Asaf y sus colegas elevaran al Señor la siguiente acción de gracias:

8 «¡Den gracias al Señor!

¡Proclamen su nombre!

Cuenten a los pueblos sus acciones.

9 Canten himnos en su honor.

¡Hablen de sus grandes hechos!

10 »Siéntanse orgullosos de su santo nombre.

¡Siéntase alegre el corazón

de los que buscan al Señor!

11 Recurran al Señor, y a su poder;

recurran al Señor en todo tiempo.

12 Recuerden sus obras grandes y maravillosas,

y los decretos que ha pronunciado:

13 ustedes, descendientes de su siervo Israel,

ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos.

14 »Él es el Señor, nuestro Dios;

¡él gobierna toda la tierra!

15 Ni aunque pasen mil generaciones,

se olvidará de las promesas de su alianza,

16 de la alianza que hizo con Abraham,

del juramento que hizo a Isaac

17 y que confirmó como ley para Jacob,

como alianza eterna para Israel,

18 cuando dijo:

“Voy a darte la tierra de Canaán

como la herencia que te toca.”

19 »Aunque ellos eran pocos,

unos cuantos extranjeros en la tierra

20 que iban de nación en nación

y de reino en reino,

21 Dios no permitió que nadie los maltratara;

y aun advirtió a los reyes:

22 “No toquen a mis escogidos,

ni maltraten a mis profetas.”

23 »Canten al Señor, habitantes de toda la tierra;

anuncien día tras día su salvación.

24 Hablen de su gloria y de sus maravillas

ante todos los pueblos y naciones,

25 porque el Señor es grande

y muy digno de alabanza,

y más terrible que todos los dioses.

26 Los dioses de otros pueblos no son nada,

pero el Señor hizo los cielos.

27 ¡Hay gran esplendor en su presencia!

¡Hay poder y alegría en su santuario!

28 »Den al Señor, familias de los pueblos,

den al Señor el poder y la gloria;

29 den al Señor la honra que merece;

con ofrendas preséntense ante él;

adoren al Señor en su santuario hermoso.

30 ¡Que todo el mundo tiemble delante de él!

Él afirmó el mundo para que no se mueva.

31 ¡Que se alegren los cielos y la tierra!

Que se diga en las naciones: “¡El Señor es rey!”

32 ¡Que brame el mar y todo lo que contiene!

¡Que se alegre el campo y todo lo que hay en él!

33 ¡Que griten de alegría los árboles del bosque

delante del Señor, que viene a gobernar la tierra!

34 »Den gracias al Señor, porque él es bueno,

porque su amor es eterno.

35 Díganle:

¡Sálvanos, oh Dios, salvador nuestro!

¡Recógenos y líbranos de entre las naciones

para que alabemos tu santo nombre,

para que alegres te alabemos!

36 ¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,

por toda la eternidad!»

Y todo el pueblo respondió: «¡Amén!», y alabó al Señor.

37 Así pues, David dejó allí delante del arca de la alianza del Señor a Asaf y sus colegas para que sirvieran continuamente según se necesitara cada día.

38 También dejó a Obed-edom y sus colegas, sesenta y ocho personas, con Obed-edom, hijo de Jedutún, y Hosá, como porteros.

39 Y a Sadoc y a sus colegas sacerdotes los dejó ante la tienda del Señor, en el santuario de Gabaón,

40 para que ofrecieran continuamente holocaustos al Señor en el altar destinado a ellos, por la mañana y por la tarde, exactamente como está escrito en la ley del Señor, que él dejó como mandato a Israel.

41 También dejó con ellos a Hemán, a Jedutún y al resto de los que fueron escogidos y designados por nombre para cantar: «Den gracias al Señor, porque su amor es eterno.»

42 Éstos tocaban trompetas, platillos y otros instrumentos musicales, con los que acompañaban los cantos a Dios. Los hijos de Jedutún estaban encargados de la puerta.

43 Después todos se volvieron a sus casas, y también David volvió a su casa para bendecir a su familia.

1 Crónicas 17

Alianza de Dios con David

1 Cuando David estuvo ya instalado en su palacio, le dijo a Natán, el profeta:

—Mira, yo habito en un palacio de cedro, mientras que el arca de la alianza del Señor está bajo simples cortinas.

2 Y Natán le contestó:

—Pues haz todo lo que te has propuesto, porque cuentas con el apoyo de Dios.

3 Pero aquella misma noche, Dios se dirigió a Natán y le dijo:

4 «Ve y habla con David, mi siervo, y comunícale que yo, el Señor, he dicho: “No serás tú quien me construya un templo para que habite en él.

5 Desde el día en que saqué a Israel, hasta el presente, nunca he habitado en templos, sino que he estado viviendo de una tienda de campaña en otra y de un lugar en otro.

6 En todo el tiempo que anduve con ellos, jamás le pedí a ninguno de sus caudillos, a quienes puse para que gobernaran a mi pueblo, que me construyera un templo de madera de cedro.”

7 Por lo tanto, dile a mi siervo David que yo, el Señor todopoderoso, le digo: “Yo te saqué del redil, y te quité de andar tras el rebaño, para que fueras el jefe de mi pueblo Israel;

8 te he acompañado por dondequiera que has ido, he acabado con todos los enemigos que se te enfrentaron, y te he dado fama, como la que tienen los hombres importantes de este mundo.

9 Además he preparado un lugar para mi pueblo Israel, y allí los he instalado para que vivan en un sitio propio, donde nadie los moleste ni los malhechores los opriman como al principio,

10 cuando puse caudillos que gobernaran a mi pueblo Israel. Yo humillaré a todos tus enemigos. Y te hago saber que te daré descendientes,

11 y que cuando tu vida llegue a su fin y mueras, yo estableceré a uno de tus descendientes y lo confirmaré en el reino.

12 Él me construirá un templo, y yo afirmaré su trono para siempre.

13 Yo le seré un padre, y él me será un hijo. No le retiraré mi bondad como lo hice con tu predecesor,

14 sino que lo confirmaré para siempre en mi casa y en mi reino. Y su trono quedará establecido para siempre.”»

15 Natán le contó todo esto a David, exactamente como lo había visto y oído.

16 Entonces el rey David entró para hablar delante del Señor, y dijo: «Señor y Dios, ¿quién soy yo y qué es mi familia para que me hayas hecho llegar hasta aquí?

17 ¡Y tan poca cosa te ha parecido esto, Señor y Dios, que hasta has hablado del porvenir de la dinastía de tu siervo y me has mirado como a un hombre de posición elevada!

18 ¿Qué más te puedo decir del honor que has hecho a tu siervo, si tú conoces a este siervo tuyo?

19 Señor, todas estas maravillas las has hecho en atención a tu siervo, según lo quisiste y para darlas a conocer.

20 Señor, no hay nadie como tú, ni existe otro dios aparte de ti, según todo lo que nosotros mismos hemos oído.

21 En cuanto a Israel, tu pueblo, ¡no hay otro como él, pues es nación única en la tierra! Tú, oh Dios, lo libertaste para que fuera tu pueblo, y te hiciste famoso haciendo cosas grandes y maravillosas. Tú arrojaste de delante de tu pueblo, al que rescataste de Egipto, a las demás naciones,

22 porque tú has tomado a Israel como tu pueblo para siempre, y tú, Señor, serás su Dios.

23 »Así pues, Señor, confirma para siempre la promesa que has hecho a tu siervo y a su dinastía, y cumple lo que has dicho.

24 ¡Que tu promesa se realice fielmente y que tu nombre sea siempre engrandecido, y se diga que el Señor todopoderoso es el Dios de Israel, que él es realmente Dios para Israel! ¡Que la dinastía de tu siervo David se mantenga firme con tu protección!

25 Tú, Dios mío, me has hecho saber que vas a establecer mi dinastía; por eso yo, aunque soy tu siervo, voy a hacerte una súplica.

26 Tú, Señor, eres Dios y has prometido a tu siervo tanta bondad;

27 y ahora te dignaste bendecir a la dinastía de tu siervo para que permanezca para siempre bajo tu protección. Tú, Señor, la has bendecido y será bendita para siempre.»

1 Crónicas 18

Campañas militares de David

1 Después de esto, David venció a los filisteos, sometiéndolos y arrebatándoles de las manos la ciudad de Gat y sus aldeas.

2 También derrotó a los moabitas, y así ellos fueron sometidos a David y tuvieron que pagarle tributo.

3 David venció también a Hadad-ézer, rey de Sobá, que está en dirección de Hamat, cuando éste iba a imponer su dominio sobre la región del río Éufrates.

4 De ellos, David capturó mil carros de combate e hizo prisioneros a siete mil soldados de caballería y a veinte mil de infantería; y además les rompió las patas a todos los caballos de los carros de combate, con la excepción de los caballos necesarios para cien carros.

5 Llegaron luego los sirios de Damasco para prestar ayuda a Hadad-ézer, el rey de Sobá, pero David venció a los sirios, matando a veintidós mil de ellos.

6 Luego puso David guarniciones en Siria de Damasco, y los sirios quedaron sometidos a él y sujetos al pago de tributos. Así pues, el Señor le daba la victoria a David por dondequiera que iba.

7 Después David se apoderó de los escudos de oro que usaban los oficiales de Hadad-ézer, y los llevó a Jerusalén.

8 También se apoderó de una gran cantidad de bronce de Tibhat y de Cun, ciudades que pertenecían a Hadad-ézer. Con ese bronce hizo después Salomón la enorme pila para el agua, las columnas y los utensilios de bronce para el templo.

9 Cuando Toi, rey de Hamat, se enteró de que David había derrotado a todo el ejército de Hadad-ézer, rey de Sobá,

10 envió a su hijo Adoram con toda clase de objetos de oro, de plata y de bronce, para que saludara y felicitara al rey David por haber luchado con Hadad-ézer y haberlo vencido, pues Toi también había estado en guerra con él.

11 David dedicó todos estos objetos al Señor, junto con el oro y la plata que les había quitado a todas las naciones, a Edom, a Moab, a los amonitas, a los filisteos y a los amalecitas.

12 Además Abisai, hijo de Seruiá, derrotó a dieciocho mil edomitas en el Valle de la Sal.

13 Luego puso David guarniciones en Edom, y todos los edomitas quedaron sometidos a él; y el Señor le daba la victoria por dondequiera que iba.

Oficiales de David

14 David reinó sobre todo Israel, actuando con justicia y rectitud para con todo su pueblo.

15 El jefe del ejército era Joab, hijo de Seruiá; y Josafat, hijo de Ahilud, era el secretario del rey.

16 Sadoc, hijo de Ahitub, y Ahimélec, hijo de Abiatar, eran sacerdotes; Savsá era el cronista,

17 y Benaías, hijo de Joiadá, estaba al mando de la guardia de quereteos y peleteos. Los hijos de David eran sus principales ayudantes.