Proverbios 1

Valor de los proverbios

1 Dichos de Salomón, hijo de David, rey de Israel,

2 que tienen como propósito:

comunicar sabiduría e instrucción,

ayudar a comprender palabras llenas de sentido,

3 adquirir instrucción, prudencia,

justicia, rectitud y equilibrio;

4 hacer sagaces a los jóvenes inexpertos,

y darles conocimiento y reflexión.

5 El que es sabio e inteligente, los escucha,

y adquiere así más sabiduría y experiencia

6 para entender los dichos de los sabios,

y sus palabras, ejemplos y adivinanzas.

7 La sabiduría comienza por honrar al Señor;

los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.

Consejos a los jóvenes

8 Hijo mío, atiende la instrucción de tu padre

y no abandones la enseñanza de tu madre,

9 pues serán para ti un bello adorno:

como un collar o una corona.

10 Si los pecadores quieren engañarte,

¡no se lo permitas, hijo mío!

11 Tal vez te digan: «Ven con nosotros;

por capricho tenderemos una trampa

para matar a algún inocente cuando pase.

12 Nos tragaremos vivos a los hombres honrados

como se traga la muerte a quienes caen en el sepulcro.

13 Tendremos toda clase de riquezas,

¡llenaremos nuestras casas con todo lo robado!

14 Ven y comparte tu suerte con nosotros,

y comparte también nuestro fondo común.»

15 ¡Pero no vayas con ellos, hijo mío!

Aléjate de sus malos caminos,

16 pues tienen prisa por hacer lo malo;

¡tienen prisa por derramar sangre!

17 Aunque no vale la pena tender una trampa

si los pájaros pueden verla,

18 esos hombres se tienden la trampa a sí mismos

y ponen su vida en peligro.

19 Tal es el final de los ambiciosos:

su propia ambición los mata.

Invitación de la sabiduría

20 Por calles y avenidas

la sabiduría hace oír su voz;

21 proclama sus palabras por las puertas,

por los puntos más concurridos de la ciudad:

22 «Jóvenes inexpertos, burlones y necios,

¿hasta cuándo amarán la inexperiencia,

y hallarán placer en sus burlas,

y despreciarán el saber?

23 Presten atención a mis correcciones

y yo los colmaré de mi espíritu;

les daré a conocer mis pensamientos.

24 Yo los he llamado, los he invitado a venir,

pero ustedes no han querido hacerme caso.

25 Al contrario, han rechazado mis consejos;

no han querido recibir mi corrección.

26 ¡Ya me tocará reír cuando les llegue la desgracia!

¡Ya me burlaré cuando estén muertos de miedo,

27 cuando vengan sobre ustedes temores y problemas,

desesperación y angustia,

como un torbellino que todo lo destruye!

28 »Ese día me llamarán, pero no responderé;

me buscarán, pero no me encontrarán;

29 pues desprecian la sabiduría

y no quieren honrar al Señor.

30 No desean recibir mis consejos;

desprecian mis correcciones.

31 ¡Pues sufrirán las consecuencias de su conducta!

¡Quedarán hartos de sus malas intenciones!

32 A los inexpertos los mata su falta de experiencia,

y a los necios los destruye su despreocupación;

33 pero el que me preste atención, vivirá en paz

y sin temor de ningún peligro.»

Proverbios 2

Beneficios que ofrece la sabiduría

1 Haz tuyas mis palabras, hijo mío;

guarda en tu mente mis mandamientos.

2 Presta oído a la sabiduría;

entrega tu mente a la inteligencia.

3 Pide con todas tus fuerzas

inteligencia y buen juicio;

4 entrégate por completo a buscarlos,

cual si buscaras plata o un tesoro escondido.

5 Entonces sabrás lo que es honrar al Señor;

¡descubrirás lo que es conocer a Dios!

6 Pues el Señor es quien da la sabiduría;

la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios.

7 El Señor da su ayuda y protección

a los que viven rectamente y sin tacha;

8 cuida de los que se conducen con justicia,

y protege a los que le son fieles.,

9 Sabrás también lo que es recto y justo,

y estarás atento a todo lo bueno,

10 pues tu mente obtendrá sabiduría

y probarás la dulzura del saber.

11 La discreción y la inteligencia

serán tus constantes protectoras;

12 ellas te librarán del mal camino

y de los hombres perversos,

13 de los que dejan el buen camino

y se van por senderos oscuros,

14 que se divierten haciendo daño

y festejan sus malas acciones,

15 que andan por caminos torcidos

y se han desviado del recto sendero.

16 Te librarán también de la mujer ajena,

de la extraña de palabras seductoras

17 que abandona al compañero de su juventud

y olvida su compromiso con Dios.

18 Tomar el camino que lleva a la casa de ella

es tomar el camino que lleva a la muerte;

19 los que entran en su casa ya no vuelven,

jamás vuelven a recorrer el sendero de la vida.

20 Anda, pues, por el buen camino,

y practica la conducta de los justos.

21 Porque los que viven rectamente y sin tacha

vivirán para siempre en la tierra;

22 pero los malvados y traidores

serán arrancados y expulsados de ella.,

Proverbios 3

Recomendaciones para alcanzar sabiduría

1 No olvides mis enseñanzas, hijo mío;

guarda en tu memoria mis mandamientos,

2 y tendrás una vida larga

y llena de felicidad.

3 No abandones nunca el amor y la verdad;

llévalos contigo como un collar.

Grábatelos en la mente,

4 y tendrás el favor y el aprecio

de Dios y de los hombres.

5 Confía de todo corazón en el Señor

y no en tu propia inteligencia.

6 Ten presente al Señor en todo lo que hagas,

y él te llevará por el camino recto.

7 No te creas demasiado sabio;

honra al Señor y apártate del mal:

8 ¡ésa es la mejor medicina

para fortalecer tu cuerpo!

9 Honra al Señor con tus riquezas

y con los primeros frutos de tus cosechas;

10 así se llenarán a reventar

tus graneros y tus depósitos de vino.

11 No rechaces, hijo mío, la corrección del Señor,

ni te disgustes por sus reprensiones;

12 porque el Señor corrige a quien él ama,

como un padre corrige a su hijo favorito.

13 Feliz el que halla sabiduría,

el que obtiene inteligencia;

14 porque son más provechosas que la plata

y rinden mayores beneficios que el oro.

15 La sabiduría vale más que las piedras preciosas;

¡ni aun las cosas más deseables se le pueden comparar!

16 Con la derecha ofrece larga vida,

y con la izquierda, riquezas y honores.

17 Seguir sus pasos es muy agradable;

andar por sus senderos es vivir en paz.

18 La sabiduría es vida para quien la obtiene;

¡felices los que saben retenerla!

19 Con sabiduría e inteligencia,

el Señor afirmó los cielos y la tierra;

20 con sabiduría hizo que el mar se dividiera

y que de las nubes brotara el rocío.

21 Conserva siempre el buen juicio, hijo mío,

y no pierdas de vista la discreción,

22 pues serán para ti fuente de vida

y te adornarán como un collar.

23 Podrás andar confiado por el camino

y jamás tropezarás.

24 Cuando descanses, no tendrás que temer;

cuando te acuestes, dormirás tranquilo.

25 No temerás a los peligros repentinos

ni a la ruina que vendrá sobre los malvados,

26 porque el Señor te infundirá confianza

y evitará que caigas en alguna trampa.

27 Nunca niegues un favor a tus dueños,

cuando en tu mano esté el hacerlo.

28 No dejes para mañana

la ayuda que puedas dar hoy.

29 No hagas planes perversos

contra el que vive confiado en ti.

30 No busques pelea con nadie,

si nadie te ha hecho daño.

31 No envidies al desalmado

ni trates de imitar su conducta;

32 porque al Señor le repugnan los malvados,

pero a los buenos les brinda su confianza.

33 El Señor maldice la casa del malvado,

pero bendice el hogar del hombre justo.

34 El Señor se burla de los burlones,

pero trata con bondad a los humildes.

35 La honra es el premio de los sabios,

pero los necios se destacan por su deshonra.

Proverbios 4

Exhortaciones a seguir el buen camino

1 Hijos, atiendan a los consejos de su padre;

pongan atención, para que adquieran buen juicio.

2 Yo les he dado una buena instrucción,

así que no descuiden mis enseñanzas.

3 Pues yo también he sido hijo:

mi madre me amaba con ternura

4 y mi padre me instruía de esta manera:

«Grábate en la mente mis palabras;

haz lo que te ordeno, y vivirás.

5 Adquiere sabiduría y buen juicio;

no eches mis palabras al olvido.

6 Ama a la sabiduría, no la abandones

y ella te dará su protección.

7 Antes que cualquier otra cosa,

adquiere sabiduría y buen juicio.

8 Ámala, y te enaltecerá;

abrázala, y te honrará;

9 ¡te obsequiará con la más bella guirnalda

y te coronará con ella!»

10 Atiende a mis palabras, hijo mío,

hazlas tuyas y aumentarán los años de tu vida.

11 Yo te llevaré por el camino de la sabiduría:

te haré andar por el buen camino,

12 en el que no habrá estorbos a tu paso,

en el que no tropezarás aun cuando corras.

13 Aférrate a la instrucción y no la descuides;

ponla en práctica, pues es vida para ti.

14 No vayas tras los pasos de los malvados,

no sigas su mala conducta.

15 Evita el pasar por su camino;

apártate de ellos y sigue adelante,

16 pues no están en paz si no hacen lo malo;

pierden el sueño, si no hacen caer a alguno.

17 ¡Su comida y su bebida

son la maldad y la violencia!

18 El camino de los justos es como la luz de un nuevo día:

va en aumento hasta brillar en todo su esplendor.

19 Pero el camino de los malvados es oscuro;

¡ni siquiera saben contra qué tropiezan!

20 Atiende a mis palabras, hijo mío;

préstales atención.

21 Jamás las pierdas de vista,

¡grábatelas en la mente!

22 Ellas dan vida y salud

a todo el que las halla.

23 Cuida tu mente más que nada en el mundo,

porque ella es fuente de vida.

24 Evita el decir cosas falsas;

apártate de la mentira.

25 Mira siempre adelante,

mira siempre de frente.

26 Fíjate bien en dónde pones los pies,

y siempre pisarás terreno firme.

27 No te desvíes de tu camino;

evita el andar en malos pasos.

Proverbios 5

La mujer fácil, perdición del hombre

1 Atiende a mi sabiduría, hijo mío;

presta atención a mi inteligencia.

2 Así sabrás ser discreto

y podrás hablar con conocimiento.

3 Pues la mujer ajena habla con dulzura

y su voz es más suave que el aceite;

4 pero termina siendo más amarga que el ajenjo

y más cortante que una espada de dos filos.

5 Andar con ella conduce a la muerte;

sus pasos llevan directamente al sepulcro.

6 A ella no le importa el camino de la vida

ni se fija en lo inseguro de sus pasos.

7 Por lo tanto, hijo mío, atiéndeme,

no te apartes de mis enseñanzas.

8 Aléjate de la mujer ajena;

ni siquiera te acerques a la puerta de su casa,

9 para que no pierdas la riqueza de tus años

en manos de gente extraña y cruel;

10 para que ningún extraño se llene

con el fruto de tu esfuerzo y tu trabajo.

11 De lo contrario, acabarás por lamentarlo

cuando tu cuerpo se consuma poco a poco.

12 Y dirás: «¡Cómo pude despreciar la corrección!

¡Cómo pude rechazar las reprensiones!

13 ¡No quise escuchar a mis maestros,

no atendí a los que me instruían,

14 y por poco llego al colmo de la desgracia

ante la comunidad entera!»

15 Calma tu sed con el agua

que brota de tu propio pozo.

16 No derrames el agua de tu manantial;

no la desperdicies derramándola por la calle.

17 Pozo y agua son tuyos, y de nadie más;

¡no los compartas con extraños!

18 ¡Bendita sea tu propia fuente!

¡Goza con la compañera de tu juventud,

19 delicada y amorosa cervatilla!

¡Que nunca te falten sus caricias!

¡Que siempre te envuelva con su amor!

20 ¿Por qué enredarte, hijo mío, con la mujer ajena?

¿Por qué arrojarte en brazos de una extraña?

21 El Señor está pendiente de la conducta del hombre;

no pierde de vista ninguno de sus pasos.

22 Al malvado lo atrapa su propia maldad;

su propio pecado lo sujeta como un lazo.

23 Su indisciplina lo llevará a la muerte;

su gran necedad, a la perdición.

Proverbios 6

Advertencias contra el dar fianza

1 Hijo mío, si das fianza por tu amigo

o te haces responsable de un extraño,

2 tú solo te pones la trampa:

quedas atrapado en tus propias palabras.

3 Para librarte, hijo mío,

pues estás en las manos de otro,

haz lo siguiente:

trágate el orgullo y cóbrale a tu amigo.

4 No te duermas,

no te des ni un momento de descanso;

5 huye, como un venado del cazador;

huye, como un ave de la trampa.

Exhortación a los perezosos

6 Anda a ver a la hormiga, perezoso;

fíjate en lo que hace, y aprende la lección:

7 aunque no tiene quien la mande

ni quien le diga lo que ha de hacer,

8 asegura su comida en el verano,

la almacena durante la cosecha.

9 ¡Basta ya de dormir, perezoso!

¡Basta ya de estar acostado!

10 Mientras tú sueñas y cabeceas,

y te cruzas de brazos para dormir mejor,

11 la pobreza vendrá y te atacará

como un vagabundo armado.

Características del malvado

12 El que es malvado y perverso

anda siempre contando mentiras;

13 guiña los ojos,

hace señas con los pies,

señala con los dedos;

14 su mente es perversa,

piensa siempre en hacer lo malo

y en andar provocando peleas.

15 Por eso, en un instante le vendrá el desastre;

en un abrir y cerrar de ojos

quedará arruinado sin remedio.

Lo que el Señor aborrece

16 Hay seis cosas, y hasta siete,

que el Señor aborrece por completo:

17 los ojos altaneros,

la lengua mentirosa,

las manos que asesinan a gente inocente,

18 la mente que elabora planes perversos,

los pies que corren ansiosos al mal,

19 el testigo falso y mentiroso,

y el que provoca peleas entre hermanos.

Consecuencias del adulterio

20 Hijo mío, guarda siempre en tu memoria

los mandamientos y enseñanzas de tus padres.

21 Llévalos siempre sobre tu corazón,

átalos alrededor de tu cuello;

22 te guiarán cuando andes de viaje,

te protegerán cuando estés dormido,

hablarán contigo cuando despiertes.

23 En verdad, los mandamientos y las enseñanzas

son una lámpara encendida;

las correcciones y los consejos

son el camino de la vida.

24 Te protegerán de la mujer malvada,

de las palabras melosas de la mujer ajena.

25 No permitas que su belleza encienda tu pasión;

¡no te dejes atrapar por sus miradas!

26 La prostituta va tras un bocado de pan,

pero la adúltera va tras el hombre que vale.

27 El que se echa fuego en el pecho,

sin duda se quema la ropa.

28 El que camina sobre las brasas,

se quema los pies.

29 El que se enreda con la mujer ajena,

no quedará sin castigo.

30 Nadie desprecia al ladrón

que roba para calmar su hambre;

31 aunque si lo encuentran robando,

tendrá que devolver siete veces lo robado,

y aun tendrá que dar todo cuanto tenga.

32 ¡Qué imprudente es el que anda con la mujer ajena!

¡El que lo hace se destruye a sí mismo!

33 Tendrá que afrontar golpes y ofensas,

y no habrá nada que borre su deshonra.

34 Porque el hombre celoso es como un fuego,

y no perdona a la hora de vengarse;

35 no acepta desagravio alguno,

ni se calma ante muchos regalos.

Proverbios 7

Artimañas de la mujer adúltera

1 Obedece mis palabras, hijo mío;

guarda en tu mente mis mandamientos.

2 Obedece mis mandamientos y enseñanzas;

cuídalos como a las niñas de tus ojos, y vivirás.

3 Átalos a tus dedos,

grábatelos en la mente.

4 Haz de la sabiduría tu hermana,

haz de la inteligencia tu amiga.

5 Ellas te librarán de la mujer adúltera,

de la extraña de palabras seductoras.

6 Un día estaba yo mirando

entre las rejas de mi ventana

7 a unos jóvenes sin experiencia,

y me fijé en el más imprudente de ellos.

8 Al llegar a la esquina cruzó la calle

en dirección a la casa de aquella mujer.

9 La tarde iba cayendo,

y comenzaba a oscurecer.

10 De pronto la mujer salió a su encuentro,

con toda la apariencia y los gestos de una prostituta,

11 de una mujer ligera y caprichosa

que no puede estarse en su casa

12 y que anda por calles, plazas y esquinas

esperando atrapar al primero que pase.

13 La mujer abrazó y besó al joven,

y descaradamente le dijo:

14 «Yo había prometido sacrificios de reconciliación,

y hoy he cumplido mi promesa.

15 Por eso he salido a tu encuentro;

¡tenía ganas de verte, y te he encontrado!

16 Sobre mi cama he tendido

una hermosa colcha de lino egipcio,

17 la he perfumado con aroma

de mirra, áloe y canela.

18 Ven, vaciemos hasta el fondo la copa del amor;

gocemos del amor hasta que amanezca,

19 pues mi esposo no está en casa:

ha salido para un largo viaje;

20 se ha llevado una bolsa de dinero

y no volverá hasta el día de la luna llena.»

21 Sus palabras melosas e insistentes

acabaron por convencer al muchacho,

22 que sin más se fue tras ella:

como un buey rumbo al matadero,

como un ciervo que cae en la trampa

23 y al que luego una flecha le parte el corazón;

como un ave que se lanza contra la red

sin saber que eso le va a costar la vida.

24 Así pues, hijo mío, escúchame;

presta atención a mis palabras.

25 No desvíes hacia esa mujer tus pensamientos;

no te pierdas por ir tras ella,

26 porque a muchos los ha herido de muerte;

¡sus víctimas son numerosas!

27 Tomar el camino de su casa

es tomar el camino de la muerte.

Proverbios 8

Discurso de la sabiduría

1 La sabiduría clama a voz en cuello;

la inteligencia hace oír su voz.

2 Se para en lo alto de las colinas,

se detiene donde se cruzan los caminos,

3 se hace oír junto a las puertas,

a la entrada de la ciudad:

4 «Para ustedes los hombres

van estas palabras mías.

5 Jóvenes inexpertos y necios,

¡aprendan a ser prudentes y entendidos!

6 Atiendan, que voy a decirles

cosas importantes e irreprochables.

7 Lo que voy a decir es la verdad;

no me gusta hablar mentira.

8 Todas mis palabras son justas;

no hay en ellas la menor falsedad.

9 Para el inteligente y entendido,

mis palabras son claras e irreprochables.

10 En vez de plata y oro fino,

adquieran instrucción y conocimiento.»

11 Vale más sabiduría que piedras preciosas;

¡ni lo más deseable se le puede comparar!

12 «Yo, la sabiduría, habito con la inteligencia,

y sé hallar los mejores consejos.

13 Honrar al Señor es odiar el mal.

Yo odio el orgullo y la altanería,

el mal camino y la mentira.

14 En mí están el plan y su realización,

yo soy el buen juicio y la fuerza.

15 Gracias a mí reinan los reyes

y los gobernantes establecen el derecho.

16 Gracias a mí dominan los jefes de Estado

y dictan sentencia las autoridades.

17 Yo amo a los que me aman,

y los que me buscan, me encuentran.

18 Yo doy riquezas y honra,

grandes honores y prosperidad.

19 Lo que yo doy es mejor que el oro más refinado;

lo que yo ofrezco es mejor que la plata más fina.

20 Yo voy por el camino recto,

por las sendas de la justicia.

21 A los que me aman les doy su parte:

lleno sus casas de tesoros.

22 »El Señor me creó al principio de su obra,

antes de que él comenzara a crearlo todo.

23 Me formó en el principio del tiempo,

antes de que creara la tierra.

24 Me engendró antes de que existieran los grandes mares,

antes de que brotaran los ríos y los manantiales.

25 Antes de afirmar los cerros y los montes,

el Señor ya me había engendrado;

26 aún no había creado él la tierra y sus campos,

ni el polvo de que el mundo está formado.

27 Cuando él afirmó la bóveda del cielo

sobre las aguas del gran mar, allí estaba yo.

28 Cuando afirmó las nubes en el cielo

y reforzó las fuentes del mar profundo,

29 cuando ordenó a las aguas del mar

no salirse de sus límites,

cuando puso las bases de la tierra,

30 allí estaba yo, fielmente, a su lado.

Yo era su constante fuente de alegría,

y jugueteaba en su presencia a todas horas;

31 jugueteaba en el mundo creado,

¡me sentía feliz por el género humano!

32 »Y ahora, hijos míos, escúchenme;

sigan mi ejemplo y serán felices.

33 Atiendan a la instrucción;

no rechacen la sabiduría.

34 Feliz aquel que me escucha,

y que día tras día se mantiene vigilante

a las puertas de mi casa.

35 Porque hallarme a mí es hallar la vida

y ganarse la buena voluntad del Señor;

36 pero apartarse de mí es poner la vida en peligro;

¡odiarme es amar la muerte!»

Proverbios 9

Contraste entre la sabiduría y la necedad

1 La sabiduría construyó su casa,

la adornó con siete columnas;

2 mató animales para el banquete,

preparó un vino especial,

puso la mesa

3 y envió a sus criadas a gritar

desde lo alto de la ciudad:

4 «¡Vengan acá, jóvenes inexpertos!»

Mandó a decir a los imprudentes:

5 «Vengan a comer de mi pan

y a beber del vino que he preparado.,

6 Dejen de ser imprudentes, y vivirán;

condúzcanse como gente inteligente.»

7 Corrige al insolente y malvado,

y sólo lograrás que te insulte y ofenda.

8 Reprende al insolente y te ganarás su odio;

corrige al sabio y te ganarás su aprecio.

9 Dale al sabio y se hará más sabio;

enseña al hombre bueno y aumentará su saber.

10 La sabiduría comienza por honrar al Señor;

conocer al Santísimo es tener inteligencia.

11 Gracias a la sabiduría, vivirás mucho tiempo

y aumentarán los años de tu vida.

12 Si eres sabio, tuyo será el provecho;

si eres insolente, tuya será la responsabilidad.

13 La necedad es como una mujer chismosa,

tonta e ignorante.

14 Se sienta en una silla, a las puertas de su casa,

en la parte más alta de la ciudad,

15 y llama a los caminantes

que van por buen camino:

16 «¡Vengan acá, jóvenes inexpertos!»

Manda a decir a los imprudentes:

17 «El agua robada es más sabrosa;

el pan comido a escondidas sabe mejor.»

18 Pero ellos no saben que sus invitados

son ahora sombras en el reino de la muerte.,

Proverbios 10

Primera colección de dichos de Salomón

1 Dichos de Salomón:

El hijo sabio alegra a sus padres;

el hijo necio los hace sufrir.

2 Las riquezas mal habidas no son de provecho,

pero la honradez libra de la muerte.

3 El Señor no deja con hambre al que es bueno,

pero impide al malvado calmar su apetito.

4 Poco trabajo, pobreza;

mucho trabajo, riqueza.

5 Cosechar en verano es de sabios;

dormirse en la cosecha es de descarados.

6 Sobre el hombre bueno llueven bendiciones,

pero al malvado lo ahoga la violencia.

7 Al hombre bueno se le recuerda con bendiciones;

al malvado, muy pronto se le olvida.

8 El que es sabio acepta mandatos;

el que dice necedades acaba en la ruina.

9 El que nada debe, nada teme;

el que mal anda, mal acaba.

10 El que guiña el ojo acarrea grandes males;

el que dice necedades acaba en la ruina.

11 Las palabras del justo son fuente de vida,

pero al malvado lo ahoga la violencia.

12 El odio provoca peleas,

pero el amor perdona todas las faltas.

13 En labios del sabio hay sabiduría;

para el imprudente, un garrotazo en la espalda.

14 Los sabios se reservan sus conocimientos,

mas cuando los necios hablan, el peligro amenaza.

15 La defensa del rico es su riqueza;

la ruina del pobre, su pobreza.

16 La recompensa del justo es la vida;

la cosecha del malvado es el pecado.

17 El que atiende la corrección va camino a la vida;

el que la desatiende, va camino a la perdición.

18 Es de mentirosos disimular el odio,

y es de necios divulgar chismes.

19 El que mucho habla, mucho yerra;

callar a tiempo es de sabios.

20 Plata fina es la lengua del justo;

la mente del malo no vale nada.

21 Los labios del justo instruyen a muchos,

pero el necio muere por su imprudencia.

22 La bendición del Señor es riqueza

que no trae dolores consigo.

23 El necio goza cometiendo infamias;

el sabio goza con la sabiduría.

24 Lo que más teme el malvado, eso le sucede,

pero al justo se le cumplen sus deseos.

25 Pasa el huracán y el malvado desaparece,

pero el justo permanece para siempre.

26 El perezoso es, para el que lo envía,

como el vinagre a los dientes o el humo a los ojos.

27 El honrar al Señor alarga la vida,

pero a los malvados se les acorta.

28 Para los justos, el porvenir es alegre;

para los malvados, ruinoso.

29 El Señor protege a los que hacen bien,

pero destruye a los que hacen mal.

30 Jamás el justo fracasará,

pero el malvado no permanecerá en la tierra.

31 De los labios del justo brota sabiduría,

pero al perverso le cortarán la lengua.

32 El justo dice cosas agradables;

el malvado, sólo cosas perversas.